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Wednesday, June 15, 2022

Siempre conectados

Tres años han pasado desde que puedo hablar con Mama a cualquier hora. No necesito tener señal, batería, ni teléfono. Sólo necesito tener un momento para hablar con ella y los busco a menudo.

 

Pienso en Mama y recuerdo todas las veces que sabía exactamente qué decir y cómo manejar una situación. Pienso en Mama y recuerdo las copas de vino, las conversaciones por horas, los abrazos que se quedan contigo y el amor que aún a tres años de su partida lo siento profundamente.

 

Escribo mucho de este tema porque pues, Mama me dio vida y compartimos mucho en los 40 años que lo pasamos junto, ya que si le sumas los meses en la barriga, fueron 4 décadas de amor. Conste, sigo contando porque la mantengo conmigo. Le escribo, le hablo, le pido ayuda, le pido consejos, le pido fuerza, pero también le cuento de las aventuras de la vida. Lo bueno, lo no tan bueno y pues, de todo bastante.

 

Cuando le escribo una carta a Mama, le digo lo que la extraño aunque también le deseo lo mejor donde esté y que espero que haya el equivalente a un buen vino para compartir el día que nos reunamos. Le hablo del presente, de mis triunfos, de mis retos y le cuento de todo porque no quiero que se lo pierda.

 

Recuerdo cuando hablábamos de mi abuelo, su padre, y cómo se sentía tan cerca el día que el falleció. Eso fue en el ’95 y aunque yo le decía a Mama que entendía lo que ella decía, porque sentía algo similar, la entiendo mucho mejor ahora que estoy viviendo por mi versión de eso.

 

A menudo me preguntan que cómo manejo los días de las Madres, sus cumpleaños y días como hoy y siempre respondo lo mismo: hoy no es más difícil que ayer ni que mañana. Todos los días la extraño y la amo porque es parte integral de quién soy y nuestro amor me ha enseñado a escribirle y amarla en el presente. Cuando un barco fluye en el agua o nadamos, se deja una estela. Y qué son estelas sino las olas que creamos en la vida.

 

Comparto lo que siento por ella y cómo enfrento lo que hemos vivido porque es mi manera de compartir sus olas y combinarlas con las mías. Conozco mucha gente bonita que han perdido a seres queridos los últimos años y siempre les invito a que sientan lo que tengan que sentir. También les invito que hablen y que no sientan que tienen que quedarse con algo por dentro. Al hablar soltamos y también creamos un momento, un recuerdo, o una acción.

 

Cada día puede ser uno triste o alegre y está en nosotros cómo celebrarlo. Hoy escogí hablarle a Mama, escribirle una carta, hacer donativos a Save a Sato y Atlanta Humane Society por ser causas que sé que conectarían con ella y al Breast Cancer Research Foundation ya que, al momento, creo que están haciendo buen trabajo y sus altos ejecutivos no se lucran tanto como en otras corporaciones. He estado escuchando el Cheers MamaEstrada playlist con canciones que me hacen pensar en ella y ahora estoy escribiendo este post.

 

Hay días que me da duro y la extraño un poco más de lo usual (que nunca es poco). No tiene que ser hoy, ni el 17 de enero, ni el Día de las Madres. Ahora aún en esos días la celebro y doy gracias porque si la extraño así de mucho, te puedes imaginar el amor que me dio en la vida...y si eso te pone alguna idea de escribirle, llamar o visitar a alguien que amas o de brindar por ellos, pues he hecho bien por ella y por todo lo que nos dio en vida.

 

Gracias por compartir un rato con nosotros, porque esto fue una colaboración entre madre e hijo que siguen creando, compartiendo y amando juntos.

 

Un abrazo,

 

JD