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Wednesday, May 5, 2021

Otras en pandemia

Como a muchos, las palabras me han fallado los últimos días viendo una de las muchas cosas que se desatan en Puerto Rico. Por un lado, el sistema judicial le falló a otra mujer y a 35 años de edad, Andrea Ruiz Costas fue hallada muerta. Por otro lado, el asesinato de Keishla Marlen Rodríguez de 27 años que ha dominado los noticieros hace unos días. Dos mujeres que muy probable nunca se cruzaron el camino aunque serán a menudo citadas en el mismo párrafo o el mismo reportaje.

En enero se declaró un Estado De Emergencia Por Violencia De Género…pero más allá de declarar lo que muchos sabemos, ¿qué se ha hecho por ayudar a la situación? De seguro una pregunta que se hacen las familias de Andrea, de Keishla y de las decenas de mujeres que son asesinadas cada año en la isla y sabrá Dios cuántas otras mujeres que sufren de maltrato físico y emocional a manos de su pareja. 


Según la declaración, se establecieron medidas y si quieres conocerlas, aquí está la lista.

 

Pero siguen muriendo mujeres a manos de hombres.

 

Sigue la violencia de género hacia las mujeres y personas transgénero.

 

A menudo escribo en este blog para tratar de hacer sentido de lo que veo y vivo. El detalle es que al ser hombre, estoy limitado en lo que puedo comprender. Sé lo que es estar pendiente para que no me roben, pero no sé lo que es estar pendiente para que no me violen. Poder decir esa frase con tanta certeza me llena de miedo, ira y frustración. Desafortunadamente, vengo de una sociedad que cuando violan a una mujer, frecuentemente preguntan cosas como qué hacía ahíqué tenía puesto y cosas por el estilo. Cuando cambiamos el tema a la violencia doméstica, otra pregunta común es por qué se quedó con él. Todas preguntas repletas de prejuicio, misoginia y a favor del patriarcado, término que tan pronto se usa, mucha gente responde rodando los ojos e ignorando lo que alguien tiene que decir. Triste también lo fácil que consiguen una o varias maneras de que la discusión se lleve hasta que la culpa caiga en la víctima. 

 

No entiendo nada de ese comportamiento. Ni del abuso que se da ni de la insensatez y crueldad de la gente ante una víctima. De por qué la persona se queda en esa situación; algo que hasta que no conoces a alguien que haya estado en un círculo así, no puedes comenzar a entender. Aunque no sea de Puerto Rico, un caso de abuso y violencia doméstica que tiene muchísima cobertura es el de Tina Turner y lo menciono porque recientemente sacaron un documental de su vida. Estuvo con Ike Turner 16 años. En este tiempo fue abusada físicamente, psicológicamente, violada y torturada de una multitud de maneras. Si le preguntas a cualquier persona de las voces del rock y R&B más importante en los EE. UU., de seguro que la de ella figura entre las primeras 10 a lo mínimo. Vino de cosechar algodón y ser abandonada por sus dos padres a caer en un grupo musical que a principios, todo de maravilla. Incluso, Ike Turner comenzó siendo como un hermano y de ahí evolucionó su relación hasta que él dijo que son pareja y pues, él era el que mandaba. 16 años tardó hasta que un día ella dijo hasta aquí. Es una historia de superación por múltiples razones, una de ellas siendo que sobrevivió por tanto tiempo. Alrededor del mundo, miles de mujeres no tienen la misma suerte de poder romper el ciclo aunque sea eventualmente. 

 

El detalle es que ahí no para. No es sólo el abuso sino que tan pronto una historia así toca tu vida, te sigue hasta la muerte. Di el ejemplo de Tina Turner, ya que aún a sus 81 años de edad, si da una entrevista, el tema del abuso va a salir. También di el ejemplo de ella porque está muy bien documentado lo que pasó, lo que sobrevivió y que aún con todo el éxito del mundo, millones de discos vendidos y finalmente en una relación estable, feliz y de amor y respeto, le sigue ese fantasma. En el 2013 renunció a su ciudadanía de los EE. UU. y aunque podemos especular las razones de por qué hizo eso, es muy posible que aunque la distancia no lo sane todo, le baja el volumen y la frecuencia. 

 

Los casos de Andrea y Keishla duelen no sólo por lo que comparten y lo que las diferencia, sino porque claramente demuestran que la violencia de género no discrimina y que le puede pasar a cualquier persona. También duelen porque no son los únicos del año. Esto no es una situación de una clase más que la otra. Tampoco es una situación de una nacionalidad más que la otra. A nivel mundial, las mujeres se tienen que velar y proteger en lo personal, laboral y hasta gubernamental. Desafortunadamente, son cosas que me duelen, pero solamente por empatía porque no son cosas que tengo que enfrentar en lo personal. ¿Temo por la seguridad de mi esposa y mi familia? Por supuesto que sí. ¿Pero temer que me vaya a pasar lo que le podría pasar a una mujer? No. Más nunca porque no es lo mismo, ni se escribe igual, ni se experimenta igual…pero es real y es lo que se vive a diario y no veo cómo se puede pensar que es algo semejante a normal. 

 

Sé lo que es ofrecerme acompañar a una amiga a su carro y pedir que me llame cuando llegue a la casa. Sé lo que es ir en carro hasta que entren a su urbanización o hasta asegurarme que cierre el portón de la casa. Sé lo que es que me pidan salir a janguear, para que aunque sea haya un muchacho en el grupo. He vivido esto en los EE. UU. y en Puerto Rico y muchas veces he dicho presente. En parte porque es lo correcto y lo que aprendí y en parte porque en vez de lamentarme de algo que pudiese haber hecho, prefiero ser el que se preocupa de más.

 

Veo en las redes amigas de todas las edades, todos los colores y todas las clases poniendo su foto en blanco y negro con mensajes de ni una menosni una másno nací para ser asesinada y muchos otros mensajes. Me incomoda el que haya gente que diga, pues es que así están las cosas o peor aun ofrezcan un así son las cosas en intentos de normalizar lo que no es normal, nunca ha sido normal y nunca será normal. Veo estas fotos y oro por cada una porque no sean víctima de la pandemia de otras, porque al ser tantas, nos enfrentamos con la realidad de decir no que una más ha muerto, sino que otra…y otra…y otra.

 

Conste, uno de mis mayores temores es la indiferencia al ver tanta violencia porque nada de esto es normal. Pasará frecuente, pero eso no lo hace normal. Habrá pasado por mucho tiempo, pero esto tampoco lo hace normal. Tampoco podemos decir que es momento de actuar, porque ese momento lleva tiempo con nosotros, no es que acabe de llegar. Son muchos los años de violencia tolerada, aceptada, justificada y normalizada. También son muchas las mujeres que se les ha terminado echando la culpa por lo que le ha sucedido. 

 

Le pasa por…

 

Se lo buscó…

 

¿Qué esperaba que iba a pasar?

 

Hay una pandemia de violencia a nivel país y en realidad, a nivel mundial y lleva mucho más tiempo que desde el 2020. Aunque hace rato que era tiempo de erradicar esto, desafortunadamente continúa. Abajo estoy poniendo información de contacto para apoyo a mujeres que estén sufriendo violencia doméstica. Los escribí por si necesitan copiarlo para usar luego y porque desde su teléfono posiblemente lo pueden marcar con un clic. También puse estos porque son los que pude verificar en línea y si alguien tiene otro contacto y el pueblo donde está, en confianza envíamelo y lo incluyo. 

 

Casa Protegida Julia de Burgos (San Juan)

787-723-3500

 

Casa de Todos (Juncos)

787-734-3132

 

Hogar Ruth (Vega Alta)

787-883-1884

 

Hogar Nueva Mujer (Cayey)

787-263-6473

 

Proyecto Matria

787-489-0022

 

Siempre Vivas

787-390-3371

 

www.pazparalamujer.org

 

Aunque comparto estos enlaces con la esperanza de que ni tú ni nadie que conozcas tengan que usarlo, aquí están por si ayudan y hacen falta. Viendo los tiempos que vivimos, toca usar todos los recursos posibles en busca de seguridad. Si estás en una situación así, usa la mayor cantidad de recursos posibles. No te limites a uno porque es mejor sobre precaver que lamentar…o peor aún. Andrea solicitó ayuda del tribunal y le fallaron. Como ella hay muchas. Usa todo recurso y no te confíes con un remedio o solución. Toca velar por la seguridad de todos y estar ahí para los que podemos ayudar, porque uno nunca sabe la gran diferencia que una pequeña intervención puede hacer. 

 

Un fuerte abrazo

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