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Monday, February 6, 2023

Así soy: JD Estrada

Si en algún momento te has preguntado quién es ese JD Estrada, pues búscate un tecito, un cafecito o cualquier bebida en su versión diminutiva que este post va pa’ largo.

Nací en el 80 así que eso quiere decir que no importa los inventos que veas de mi parte, andas leyendo un cuarentón aunque tengo cero interés de actuar mi edad en ningún momento. En PR, primero viví en Isla Verde, luego Hato Rey, luego Río Piedras/Guaynabo y por último en Cupey antes de mudarme a Atlanta en 2016. O sea, soy del Área Metro full aunque amo a toda la Isla. Aunque me faltan par de municipios por visitar, sí he visitado varios en especial los costeros ya que las olas de nuestra Isla están a otro nivel. Un ítem de mi bucket list es visitar todos los municipios y ojalá tener aunque sea un lector en cada municipio, incluyendo las Islas hermanas. Ese es el detalle, aunque escriba primordialmente en inglés y sea roquero, amo a nuestra Isla, siempre escribo la palabra en mayúscula y nuestra gente es otra cosa. El calor puertorro llega profundo y recarga el alma cada vez que visito (obvio que esto no aplica a los tapones que nos sacan lo peor, pero pues, FUERA de los carros, somos una chulería.)

 

De mi educación, comencé en un kínder Montessori que se llamaba Jardín de Infantes en donde desde temprana edad me inculcaron el amor y las destrezas con el inglés, algo que por el resto de mi vida daré gracias en especial a una maestra que si no me equivoco se llamaba Moraima. Eso es parte de la explicación de por qué 17 de mis 19 libros publicados son en inglés ya que a los 5 años era completamente bilingüe. Para la elemental, estudié en la Academia Perpetuo Socorro y para la secundaria estudié en el Colegio San Ignacio de Loyola, clase del ’98. Curiosamente en la high, no estaba en clubes ni actividades extracurriculares ya que con correr morey y jugar videojuegos estaba set. Dicho sea de paso, en el año senior es que me dio por aprender a tocar guitarra y luego de dos clases, el terco interno salió en todo su apogeo y decidí aprender por mi propia cuenta. Algo que sería bastante característico en mi trayectoria profesional y como escritor.

 

De mis estudios universitarios hay dos partes. La primera incluye tres años estudiando en la UPR de Río Piedras. Curiosamente, me di cuenta que si seguía y terminaba psicología había una muy buena probabilidad de necesitar un psicólogo. Eso sí, las clases de concentración me fascinaron de sobremanera. Saqué A en la mayoría de los cursos pero me di cuenta que soltar los problemas de otra persona me cuesta trabajo y eso sería un tanto peligroso con tal oficio. Siempre está la opción de desensibilizarme...una que nunca me interesará elegir.

 

Aquí viene la pausa porque luego del tercer año de psicología, conocí a fondo el baile del cambio de facultad dentro del sistema universitario de la UPR. Esto quiere decir que hablé con personas de la facultad de Comunicaciones (con interés de cursar en publicidad) y con la facultad de Administración de Empresas (con interés de estudiar mercadeo). Si alguna vez has sido estudiante de la UPR ya de seguro sabes lo divertido que fue y sin darle largas al asunto, lo resumo de esta manera: si quería ese cambio, tendría que perder 2/3 de mis créditos y empezar casi de cero. Además, mi familia estaba pasando por un tiempo un poco complicado y estaba en necesidad de solicitar asistencia económica o aplicar para una beca. Desafortunadamente, ni pude cambiar de facultad, ni me aprobaron la asistencia económica, ni era elegible para beca.

 

Frustrado, se lo comenté a una amiga que me dijo que me podía poner en contacto con la que en ese momento era la decana de la Universidad del Sagrado Corazón. Fui en son de ver si podía lograr algo de lo que me proponía. Le hablé claro y le dije sobre mi amor por la psicología, pero mi deseo de cambiar por mercadeo o publicidad. Me comentó sobre un bachillerato multidisciplinario, que podía estudiar de las tres ramas sin ningún problema y evitar muchas de las clases que NO me interesaban. Le comenté de mi necesidad de asistencia económica y al ver mis notas me dijo que se sospechaba que no sería un problema pero que habría que ver. De paso sabía de mi situación en casa y me preguntó si estaría interesado en estudio y trabajo. Los ojos se me abrieron, las palabras me faltaban y sólo podía decirle gracias. Me dijo que no era un favor y esperaba lo mejor de mí. Le dije que obtendría lo mejor de mí.

 

Así fue cómo comencé en la Universidad del Sagrado Corazón en el 2001 y mi actitud como estudiante cambió drásticamente. Aunque me encantó la UPR, como estudiante no era aplicado. Era simple, si me gustaba la clase, sacaba A y si no, pues una B. Pero hasta ahí llegaba. Cuando cambié a Sagrado, fueron 3 años que sentarían la pauta de que no me iba a conformar con no dar lo máximo. En varios semestres comenzaba a las 8:30 AM y terminaba después de las 9:00 PM.

 

Desde mi segundo año en Sagrado, tuve la oportunidad de representar a la universidad en competencias de publicidad de la American Advertising Federation (AAF), el primer año en West Palm Beach y el segundo año en Orlando. Lo importante a destacar de esta experiencia es que mi participación en ambas competencias no eran parte de mi currículo y lo hice por el amor a la disciplina y por seguir dando lo mejor de mí.

 

Arriba mencioné estudio y trabajo y aquí es donde entra el LAD, Language Across the Disciplines en donde fungí como mentor en inglés, ayudando a las personas con sus proyectos y trabajando junto a ellos para sacar lo mejor de ellos. De lo más curioso para obtener este trabajo es que se supone que iba a tomar una prueba de aptitud. Ahora cuando hice toda la entrevista en inglés dijeron, “creo que no hace falta” y me dieron el trabajo, del cual aprendí cosas que me sirven hasta hoy día. Tengo la dicha de mantenerme en contacto con las profesoras, la directora del programa y compañeros que en todo momento me demostraron cariño y un calibre de humanidad que hasta hoy día atesoro.

 

Sobre las aventuras de escritor, en la UPR participé en un certamen de literatura en inglés en donde obtuve 3er lugar en la categoría de cuentos cortos pero me llevé el primer lugar en dar un acceptance speech con una cantidad de joda que hasta hoy día me saca sonrisas porque pues, para ser payaso, siempre he tenido buena aptitud. En Sagrado, participé en un certamen, aunque esta vez en la categoría de poesía y obtuve el primer lugar. Además de los viajes de competencia para la AAF, viajé en febrero de 2004 a Nueva York como uno de los Most Promising Minority Students en donde conocí uno de mis futuros mejores amigos. Luego, solicité para participar en el programa de internado del American Association of Advertising Agencies (The 4 A’s). Esto requería una entrevista en una agencia local con dos jueces. Aunque esa conversación es memorable por varias razones, la mayor fue que no me eligieron. Pero un leve detalle, con el mensaje de rechazo vino un comentario que me dijeron que estaban buscando una persona para un puesto particular para Grey Worldwide: un broadcast music intern. Dije, “no tengo nada que perder” y escribí un mensaje de como página y media de por qué deberían elegirme. Un email bien yo, bien franco hablando sobre mi pasión sobre la música y mi deseo de aprender y ayudar. Tardaron menos de dos días en contestarme ofreciéndome el puesto.

 

Fui a la gran manzana, pasé el verano allá, me gané amistades y experiencias para la vida y cuando regresé de NYC, me llamaron para ver si me entrevistaría con el CEO de una de las compañías sombrillas de publicidad a nivel mundial. Te lo confieso, la entrevista me fue de show hasta que me hicieron una pregunta: ¿cómo te sientes de venir a vivir en NYC y trabajar a tiempo completo? Contesté honestamente, que aunque quiero decir que me siento 100% confiado de que me irá de maravilla, contestar eso era especulación. Lo quiero hacer y daré lo máximo, ahora sobre cómo reaccionaré, no sabría hasta que no lo viva en carne propia. Nadie me tiene que decir que esa fue una de las razones por la cual no fui a Nueva York a trabajar. Otra de las razones es que el salario que me ofrecían sería suficiente para sobrevivir con sopitas y galletas y todavía sentía la necesidad de ayudar en casa.

 

Así que vuelvo a PR y comienzo mis aventuras en agencias de publicidad como creativo. Tenía la dicha de trabajar en sitios en donde me podía poner t-shirts de mensajes jocosos y mahones y para mí eso aparentemente justificaba los horarios dementes que disfruté en todas las agencias que trabajé. En algún momento en una de esas agencias, me invitaron a contribuir en un blog y ahí volvió a asomarse mi amor por escribir no sólo para ganarme un cheque sino para explorar quién y cómo soy.

 

En total, trabajé en cinco agencias de publicidad hasta que dije, necesito un break de esto full time y cambié a trabajar en Relaciones Públicas para un plan de salud. El cambio fue drástico de todas las maneras habidas y por haber. Vestimenta mucho más corporativa. Camisa por dentro. ¿Y la mayor comedia? Mi hora de entrada. En publicidad, comenzar pasadas las nueve no es sólo común, sino estándar...en este nuevo trabajo se entraba a las 7:30 AM. Por usar un refrán boricua, chúpate esa mientras te mondo la otra.

 

Fue un trabajo sumamente exigente, pero del cual también aprendí de sobremanera y del cual también mantengo contacto con gente que tocaron mi vida. En publicidad aprendí tanto por trabajar con tanta gente como por trabajar tantas cuentas en tan diversas categorías. Mal tasado, creo que trabajé en sobre 40 cuentas en 5 agencias. También trabajé con mínimo 50 artistas gráficos a tiempo completo y como 20 más que trabajaron freelance. Cuando trabajé en el plan, nuestro departamento tenía que trabajar con todos los departamentos, que en su total eran no sé, ¿treinta o más? Una cosa absurda así que pude aprender de varias áreas del negocio al resolver sus necesidades de comunicación y colaborar con un montón de gente.

 

A lo mejor te preguntarás, ¿dónde empezó lo de escribir novelas? Pues te cuento: desde mi tercer trabajo ya había comenzado a escribir mi primera novela, Only Human. Seis años tardé en escribirla a mano, porque OBVIO que lo iba a hacer así bien facilito. 8 libretas de Borders (QEPD) se convirtieron en 170,000+ palabras que luego de editar lo pude bajar a 154,000 (más o menos). Tardé un año en el proceso de transcribir, editar, editar, editar, formatear, formatear, formatear, formatear y finalmente publicar en abril del 2013 la versión digital con su versión física para el 2014 (de seguro par de las canas que tengo son por ese formateo y aprendiendo a cantazos).

 

Paréntesis: A menudo me preguntan qué es lo más importante para lograr un objetivo como profesional, escritor o ser humano. Siempre diré que hay que ser terco para lo que importa. En el 2014 participé en el Puerto Rico Comic Con y con excepción del 2018, he participado cada año como exhibidor. Además, siempre he tenido el compromiso de publicar algo en el Día de las Madres y esa tradición la mantendré hasta que no pueda escribir. 

 


 

En 2016 publiqué mi primera colección de poesía en español (Pensando en metáforas) y mi primera colección bilingüe Twenty Veinte. Llevo prometiendo más español y parece que mi décimo aniversario como autor traerá muchas sorpresas.

 

Ahora, ¿por qué compartir esta trayectoria? Porque mis 19 libros incluyen los géneros de la fantasía urbana, fantasía juvenil, la poesía, la no-ficción y el horror y si ves de dónde vengo te hará sentido. Además, te puedo decir genuinamente que de cada sitio que estudié, cada sitio que he trabajado y cada sitio que viajado y vivido me he llevado amistades, cuentos y el deseo de vivir, conocer y compartir todo lo que pueda.

 

Trabajo como creativo porque me apasiona la creatividad, sea en un poema, un cuento del mundo de los sueños o una campaña publicitaria. Me encanta explorar qué tengo por dentro para compartir con otros y eso aplica en lo profesional como en mis exploraciones en los manantiales que tengo dentro de mi alma.

 

Estoy orgulloso de dónde vengo, donde he estudiado y de cada trabajo que he tenido porque de cada experiencia me llevé algo para sumarle a la definición de JD mientras siempre insisto en ser quien soy al estilo Popeye (I am what I am). Nunca tomé cursos de escribir ni me especialicé en literatura. Escribo porque amo escribir, sea un mensaje de texto, un email, una reseña, un ensayo, un proyecto, un poema, un cuento, una novela o una serie...a lo que pongo mi mente, lo escribo con todo lo que soy. Nunca he tenido mentor ni padrino y posiblemente por eso he tardado tanto en tener algún grado de éxito como escritor y como profesional, pero miro lo que he logrado y sonrío porque lo que lees, es 100% yo. Fue lo que miné de mi alma y pulí con destrezas que he podido desarrollar solo. En las últimas publicaciones, he tenido la bendición de contar con lectores beta y editores que me han dado la mano y se lo agradezco encarecidamente por ayudarme a lograr un mejor escrito final y por retarme a dar más y seguir impulsando mi arte.

 

Siempre he dicho orgullosamente que soy de PR y que también tengo raíces cubanas que amo. Comparto esto para que conozcas un poco más de mí y para que no te tome tan de sorpresa cuando salga con un invento nuevo, porque pues, así soy. Gracias por diez maravillosos años de cariño. Gracias por leerme. Gracias por reseñarme. Gracias por el apoyo y pues, gracias por quererme como soy. Espero conocerte pronto y que nos encontremos en nuestras palabras, porque tan pronto comienzas a leerme, ya dejan de ser mías.

 

Un fuerte abrazo y cualquier pregunta que tengas, en confianza escríbeme aquí o en las redes.

 

Bendición,

 

JD

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