Si en algún momento te has preguntado quién es ese JD Estrada, pues búscate un tecito, un cafecito o cualquier bebida en su versión diminutiva que este post va pa’ largo.
Nací en el 80 así que eso quiere decir
que no importa los inventos que veas de mi parte, andas leyendo un cuarentón
aunque tengo cero interés de actuar mi edad en ningún momento. En PR, primero
viví en Isla Verde, luego Hato Rey, luego Río Piedras/Guaynabo y por último en
Cupey antes de mudarme a Atlanta en 2016. O sea, soy del Área Metro full aunque
amo a toda la Isla. Aunque me faltan par de municipios por visitar, sí he visitado
varios en especial los costeros ya que las olas de nuestra Isla están a otro nivel.
Un ítem de mi bucket list es visitar todos los municipios y ojalá tener aunque
sea un lector en cada municipio, incluyendo las Islas hermanas. Ese es el detalle,
aunque escriba primordialmente en inglés y sea roquero, amo a nuestra Isla,
siempre escribo la palabra en mayúscula y nuestra gente es otra cosa. El calor
puertorro llega profundo y recarga el alma cada vez que visito (obvio que esto
no aplica a los tapones que nos sacan lo peor, pero pues, FUERA de los carros,
somos una chulería.)
De mi educación, comencé en un kínder
Montessori que se llamaba Jardín de Infantes en donde desde temprana edad me
inculcaron el amor y las destrezas con el inglés, algo que por el resto de mi
vida daré gracias en especial a una maestra que si no me equivoco se llamaba
Moraima. Eso es parte de la explicación de por qué 17 de mis 19 libros
publicados son en inglés ya que a los 5 años era completamente bilingüe. Para
la elemental, estudié en la Academia Perpetuo Socorro y para la secundaria
estudié en el Colegio San Ignacio de Loyola, clase del ’98. Curiosamente en la
high, no estaba en clubes ni actividades extracurriculares ya que con correr
morey y jugar videojuegos estaba set. Dicho sea de paso, en el año senior es que me dio
por aprender a tocar guitarra y luego de dos clases, el terco interno salió en
todo su apogeo y decidí aprender por mi propia cuenta. Algo que sería bastante
característico en mi trayectoria profesional y como escritor.
De mis estudios universitarios hay dos
partes. La primera incluye tres años estudiando en la UPR de Río Piedras.
Curiosamente, me di cuenta que si seguía y terminaba psicología había
una muy buena probabilidad de necesitar un psicólogo. Eso sí, las clases de
concentración me fascinaron de sobremanera. Saqué A en la mayoría de los cursos
pero me di cuenta que soltar los problemas de otra persona me cuesta trabajo y
eso sería un tanto peligroso con tal oficio. Siempre está la opción de desensibilizarme...una
que nunca me interesará elegir.
Aquí viene la pausa porque luego del
tercer año de psicología, conocí a fondo el baile del cambio de facultad dentro
del sistema universitario de la UPR. Esto quiere decir que hablé con personas
de la facultad de Comunicaciones (con interés de cursar en publicidad) y con la
facultad de Administración de Empresas (con interés de estudiar mercadeo). Si
alguna vez has sido estudiante de la UPR ya de seguro sabes lo divertido que
fue y sin darle largas al asunto, lo resumo de esta manera: si quería ese
cambio, tendría que perder 2/3 de mis créditos y empezar casi de cero. Además,
mi familia estaba pasando por un tiempo un poco complicado y estaba en
necesidad de solicitar asistencia económica o aplicar para una beca.
Desafortunadamente, ni pude cambiar de facultad, ni me aprobaron la asistencia
económica, ni era elegible para beca.
Frustrado, se lo comenté a una amiga que
me dijo que me podía poner en contacto con la que en ese momento era la decana de
la Universidad del Sagrado Corazón. Fui en son de ver si podía lograr algo de
lo que me proponía. Le hablé claro y le dije sobre mi amor por la psicología,
pero mi deseo de cambiar por mercadeo o publicidad. Me comentó sobre un
bachillerato multidisciplinario, que podía estudiar de las tres ramas sin
ningún problema y evitar muchas de las clases que NO me interesaban. Le comenté
de mi necesidad de asistencia económica y al ver mis notas me dijo que se
sospechaba que no sería un problema pero que habría que ver. De paso sabía de
mi situación en casa y me preguntó si estaría interesado en estudio y trabajo.
Los ojos se me abrieron, las palabras me faltaban y sólo podía decirle gracias.
Me dijo que no era un favor y esperaba lo mejor de mí. Le dije que obtendría lo
mejor de mí.
Así fue cómo comencé en la Universidad
del Sagrado Corazón en el 2001 y mi actitud como estudiante cambió
drásticamente. Aunque me encantó la UPR, como estudiante no era aplicado. Era
simple, si me gustaba la clase, sacaba A y si no, pues una B. Pero hasta ahí
llegaba. Cuando cambié a Sagrado, fueron 3 años que sentarían la pauta de que
no me iba a conformar con no dar lo máximo. En varios semestres comenzaba a las
8:30 AM y terminaba después de las 9:00 PM.
Desde mi segundo año en Sagrado, tuve la
oportunidad de representar a la universidad en competencias de publicidad de la
American Advertising Federation (AAF), el primer año en West Palm Beach y el
segundo año en Orlando. Lo importante a destacar de esta experiencia es que mi
participación en ambas competencias no eran parte de mi currículo y lo hice por
el amor a la disciplina y por seguir dando lo mejor de mí.
Arriba mencioné estudio y trabajo y aquí es
donde entra el LAD, Language Across the Disciplines en donde fungí como mentor
en inglés, ayudando a las personas con sus proyectos y trabajando junto a ellos
para sacar lo mejor de ellos. De lo más curioso para obtener este trabajo es
que se supone que iba a tomar una prueba de aptitud. Ahora cuando hice toda la entrevista
en inglés dijeron, “creo que no hace falta” y me dieron el trabajo, del cual
aprendí cosas que me sirven hasta hoy día. Tengo la dicha de mantenerme en
contacto con las profesoras, la directora del programa y compañeros que en todo
momento me demostraron cariño y un calibre de humanidad que hasta hoy día
atesoro.
Sobre las aventuras de escritor, en la
UPR participé en un certamen de literatura en inglés en donde obtuve 3er lugar
en la categoría de cuentos cortos pero me llevé el primer lugar en dar un acceptance
speech con una cantidad de joda que hasta hoy día me saca sonrisas porque
pues, para ser payaso, siempre he tenido buena aptitud. En Sagrado, participé
en un certamen, aunque esta vez en la categoría de poesía y obtuve el primer
lugar. Además de los viajes de competencia para la AAF, viajé en febrero de
2004 a Nueva York como uno de los Most Promising Minority Students en
donde conocí uno de mis futuros mejores amigos. Luego, solicité para participar
en el programa de internado del American Association of Advertising Agencies
(The 4 A’s). Esto requería una entrevista en una agencia local con dos jueces.
Aunque esa conversación es memorable por varias razones, la mayor fue que no me
eligieron. Pero un leve detalle, con el mensaje de rechazo vino un comentario
que me dijeron que estaban buscando una persona para un puesto particular para
Grey Worldwide: un broadcast music intern. Dije, “no tengo nada que
perder” y escribí un mensaje de como página y media de por qué deberían elegirme. Un email bien yo, bien franco hablando sobre mi pasión sobre la música y mi deseo de aprender y ayudar. Tardaron menos de dos días en contestarme ofreciéndome el puesto.
Fui a la gran manzana, pasé el verano
allá, me gané amistades y experiencias para la vida y cuando regresé de NYC, me
llamaron para ver si me entrevistaría con el CEO de una de las compañías
sombrillas de publicidad a nivel mundial. Te lo confieso, la entrevista me fue
de show hasta que me hicieron una pregunta: ¿cómo te sientes de venir a vivir
en NYC y trabajar a tiempo completo? Contesté honestamente, que aunque quiero
decir que me siento 100% confiado de que me irá de maravilla, contestar eso era
especulación. Lo quiero hacer y daré lo máximo, ahora sobre cómo reaccionaré,
no sabría hasta que no lo viva en carne propia. Nadie me tiene que decir que
esa fue una de las razones por la cual no fui a Nueva York a trabajar. Otra de
las razones es que el salario que me ofrecían sería suficiente para sobrevivir
con sopitas y galletas y todavía sentía la necesidad de ayudar en casa.
Así que vuelvo a PR y comienzo mis
aventuras en agencias de publicidad como creativo. Tenía la dicha de trabajar
en sitios en donde me podía poner t-shirts de mensajes jocosos y mahones y para
mí eso aparentemente justificaba los horarios dementes que disfruté en todas
las agencias que trabajé. En algún momento en una de esas agencias, me
invitaron a contribuir en un blog y ahí volvió a asomarse mi amor por escribir no sólo para
ganarme un cheque sino para explorar quién y cómo soy.
En total, trabajé en cinco agencias de
publicidad hasta que dije, necesito un break de esto full time y cambié a
trabajar en Relaciones Públicas para un plan de salud. El cambio fue drástico
de todas las maneras habidas y por haber. Vestimenta mucho más corporativa.
Camisa por dentro. ¿Y la mayor comedia? Mi hora de entrada. En publicidad,
comenzar pasadas las nueve no es sólo común, sino estándar...en este nuevo
trabajo se entraba a las 7:30 AM. Por usar un refrán boricua, chúpate esa
mientras te mondo la otra.
Fue un trabajo sumamente exigente, pero
del cual también aprendí de sobremanera y del cual también mantengo contacto
con gente que tocaron mi vida. En publicidad aprendí tanto por trabajar con
tanta gente como por trabajar tantas cuentas en tan diversas categorías. Mal
tasado, creo que trabajé en sobre 40 cuentas en 5 agencias. También trabajé con
mínimo 50 artistas gráficos a tiempo completo y como 20 más que trabajaron
freelance. Cuando trabajé en el plan, nuestro departamento tenía que trabajar
con todos los departamentos, que en su total eran no sé, ¿treinta o más? Una
cosa absurda así que pude aprender de varias áreas del negocio al resolver sus
necesidades de comunicación y colaborar con un montón de gente.
A lo mejor te preguntarás, ¿dónde empezó
lo de escribir novelas? Pues te cuento: desde mi tercer trabajo ya había comenzado a escribir
mi primera novela, Only Human. Seis años tardé en escribirla a mano, porque
OBVIO que lo iba a hacer así bien facilito. 8 libretas de Borders (QEPD) se
convirtieron en 170,000+ palabras que luego de editar lo pude bajar a 154,000
(más o menos). Tardé un año en el proceso de transcribir, editar, editar,
editar, formatear, formatear, formatear, formatear y finalmente publicar en
abril del 2013 la versión digital con su versión física para el 2014 (de seguro
par de las canas que tengo son por ese formateo y aprendiendo a cantazos).
Paréntesis: A menudo me preguntan qué es
lo más importante para lograr un objetivo como profesional, escritor o ser
humano. Siempre diré que hay que ser terco para lo que importa. En el 2014
participé en el Puerto Rico Comic Con y con excepción del 2018, he participado
cada año como exhibidor. Además, siempre he tenido el compromiso de publicar
algo en el Día de las Madres y esa tradición la mantendré hasta que no pueda
escribir.
En 2016 publiqué mi primera colección de
poesía en español (Pensando en metáforas) y mi primera colección bilingüe
Twenty Veinte. Llevo prometiendo más español y parece que mi décimo aniversario
como autor traerá muchas sorpresas.
Ahora, ¿por qué compartir esta
trayectoria? Porque mis 19 libros incluyen los géneros de la fantasía urbana,
fantasía juvenil, la poesía, la no-ficción y el horror y si ves de dónde vengo
te hará sentido. Además, te puedo decir genuinamente que de cada sitio que
estudié, cada sitio que he trabajado y cada sitio que viajado y vivido me he
llevado amistades, cuentos y el deseo de vivir, conocer y compartir todo lo que pueda.
Trabajo como creativo porque me apasiona
la creatividad, sea en un poema, un cuento del mundo de los sueños o una campaña
publicitaria. Me encanta explorar qué tengo por dentro para compartir con otros
y eso aplica en lo profesional como en mis exploraciones en los manantiales que
tengo dentro de mi alma.
Estoy orgulloso de dónde vengo, donde he
estudiado y de cada trabajo que he tenido porque de cada experiencia me llevé
algo para sumarle a la definición de JD mientras siempre insisto en ser quien soy al
estilo Popeye (I am what I am). Nunca tomé cursos de escribir ni me especialicé
en literatura. Escribo porque amo escribir, sea un mensaje de texto, un email,
una reseña, un ensayo, un proyecto, un poema, un cuento, una novela o una serie...a
lo que pongo mi mente, lo escribo con todo lo que soy. Nunca he tenido mentor
ni padrino y posiblemente por eso he tardado tanto en tener algún grado de
éxito como escritor y como profesional, pero miro lo que he logrado y sonrío
porque lo que lees, es 100% yo. Fue lo que miné de mi alma y pulí con destrezas
que he podido desarrollar solo. En las últimas publicaciones, he tenido la bendición de contar
con lectores beta y editores que me han dado la mano y se lo agradezco
encarecidamente por ayudarme a lograr un mejor escrito final y por retarme a
dar más y seguir impulsando mi arte.
Siempre he dicho orgullosamente que soy
de PR y que también tengo raíces cubanas que amo. Comparto esto para que
conozcas un poco más de mí y para que no te tome tan de sorpresa cuando salga con un invento nuevo, porque pues, así soy. Gracias por diez maravillosos años
de cariño. Gracias por leerme. Gracias por reseñarme. Gracias por el apoyo y
pues, gracias por quererme como soy. Espero conocerte pronto y que nos encontremos en nuestras palabras, porque tan pronto comienzas a leerme, ya dejan de ser mías.
Un fuerte abrazo y cualquier pregunta que
tengas, en confianza escríbeme aquí o en las redes.
Bendición,
JD