Muchas veces me cuestionan por qué escribo tanto en inglés y ponen en duda si soy un autor verdaderamente local por no vivir en la Isla ni escribir en español. Ante todo, que quede claro, soy puertorriqueño, tengo orgullo por nuestra Isla y siempre me he considerado autor puertorriqueño. He escrito anteriormente sobre los retos de ser autor puertorriqueño y escribir en el segundo lenguaje que aprendí y hay algunos puntos en los que quisiera tocar.
1. El lenguaje en el que escribo. Llevo hablando inglés desde los 5 años y es un idioma en el que me siento cómodo escribiendo y expresando mi arte. Aparte de eso, muchos de mis muñequitos favoritos eran en inglés y por lo general prefiero leer, escuchar y ver trabajos en su idioma natal en lo que me sea posible. Yo y el inglés nos llevamos bien y no me siento oprimido por él. Me han tildado de gringuito y vende patria ciertas personas y lo único que puedo decir es que no me conocen aunque respeto el derecho a la opinión. Siempre me he considerado puertorriqueño ante todo, aunque también sea mitad cubano por el lado de Mama. Amo a mi Isla, bebo café puertorriqueño aunque esté en los EE. UU. y cada vez que me enseñan fotos de playas puedo decir que son nice, pero siempre lo hago claro que se quedan corto de casa. Hay quienes insisten que el verdadero puertorriqueño habla español como si tal decisión lingüística fuese un símbolo de integridad. Por mi parte, estoy en desacuerdo. Nunca he sido fanático del elitismo social, artístico ni literario. Para mí el inglés y el español son parte de mi realidad y siempre he visto a Puerto Rico como un puente o un cruce entre culturas único. Incluso, el español también pudiese fácilmente considerarse lenguaje del opresor ya que la última vez que verifiqué, los que exterminaron a los indígenas de Puerto Rico y muchísimos otros países hermanos no eran de Inglaterra sino de la “madre patria”. Mis bandas favoritas cantan en inglés, mis autores favoritos escriben en inglés y mis películas favoritas son en inglés. El detalle es que nunca he utilizado el inglés para creerme mejor que otra persona, a diferencia de la gente que frecuenta Fine Arts y hablan inglés con este desdén por la persona que habla con acento. Tal comportamiento nunca ha ido conmigo y si escribo en un idioma más que otro, es simplemente porque me siento más cómodo en ese idioma por la razón que sea.
2. Donde vivo. Hace 4 años decidí mudarme a Atlanta, Georgia porque se me presentó una oportunidad de trabajo y quería darme el chance y ver si tenía mejor suerte con los libros. Escribir mayormente en inglés significa varios retos, entre ellos, el que me acepten y promuevan en una tienda en PR. Siendo autor independiente le suma a esos retos y pensé que podría tener más oportunidades acá. Lo bueno de la realidad es que sigue su rumbo no importa los planes que tengas y acá me encuentro con otros retos, mayormente el tiempo y la extensa competencia de otros escritores. Cosas que uno enfrentará y pues, hay que creer en la obra de uno.
3. No incluyo una sobre abundancia de personajes latinos. La excepción es mi colección bilingüe, Twenty Veinte en donde los cuentos en español son bien puertorriqueños. Sin embargo, en mis novelas en inglés, busco la diversidad pero a conciencia he evitado el cliché de incluir personajes puertorriqueños, algo que cambiará con varios proyectos que estoy trabajando. Sin embargo, sentí la necesidad de que mis personajes y mi narrativa fuesen relacionables a cualquier persona y gracias a eso he podido conectar con lectores más allá de los mercados típicos de anglo parlantes. Países como Nepal, Bielorrusia, Pakistán, Japón, Filipinas, Alemania, Dinamarca, Suecia, Italia, Rumanía, e India, por mencionar algunos. Esto era parte de mi intensión porque siempre voy a querer conectar con gente de alrededor del mundo. Mi filosofía es inclusiva y si he evitado el tema de Puerto Rico en mis novelas es porque me niego a forzar un tema, un personaje y hasta una línea de diálogo por complacer a gente, porque si te enfocas en complacer, nunca vas a disfrutar. Vienen más personajes latinos, pero si no vivo con un check list, no voy a escribir con uno tampoco.
4. Los géneros en que escribo. Me encanta la fantasía, la magia, lo surreal, el horror y la ciencia ficción. Sin embargo, estos no son los géneros predilectos para resaltarse como literatura puertorriqueña. Me rehúso a disculparme por disfrutar un género más que otro. En la ficción encuentro mi realidad y en la no-ficción me comprometo con tener un impacto positivo.
Más allá de todo esto, siempre me he enfocado y comprometido a escribir lo que me gusta y lo que mueve mi alma. Hay quien dice que no soy boricua, que no soy realmente local. Esto pasa porque la gente le encanta juzgar (una de las peores adicciones que tenemos como humanos). Sin embargo, cuando voy al Puerto Rico Comic Con, conecto con gente que ven más allá de los clichés y que como yo, a veces sueñan y viven en inglés. Porque mi banda favorita sea Pearl Jam no le quita a mi puertorriqueñidad porque también amo la salsa. Porque mi autor favorito es Neil Gaiman, no le quita a que mi alma sonríe al leer Tuntun de Pasa y Grifería. Porque vivo en los Estados Unidos, no significa que mi corazón no late en clave, que no lloro de amor y nostalgia al escuchar un coquí y que veo la belleza de la combinación de razas que son mis antepasados. Veo el blanco en mí, veo el negro en mí, veo el taíno en mí y también veo rasgos de moro o persa y tendencias y afinidad con cosas de alrededor del mundo. La historia de Japón me fascina, las mitologías griega, romana, nórdica, china e indoamericana son todas fascinantes y todas le suman a quién soy como ser humano.
Siempre invitaré a todo el mundo que expanda sus horizontes y ese es uno de un sinnúmero de mensajes en mi obra. Si escribo en inglés, posiblemente es mí respuesta al insularismo que por tantos años sentí. Hay quien piense que esto me hace menos puertorriqueño y hay quienes esto le traiga orgullo. Como en la vida tenemos derecho a la opinión y somos dueños de dónde ponemos nuestro tiempo y nuestra energía, la pongo en los que me apoyan y creen en mi obra y en mí. Si esto no es lo suficiente puertorriqueño para ti, pues sólo tengo una cosa que decirte:
Perdona sae.
Un abrazo,
JD