Hay quienes escriben siguiendo las tendencias del mercado o intentando predecirlas.
Yo, no.
Yo siempre he escrito lo que me da la gana.
Y así seré siempre.
Si no me llena el alma, si no cumple con algún deseo creativo o meta, si no me reta y si no me interesa, no lo escribiré. La vida es demasiado corta para conformarse y aunque hay quienes se aprovechan de las fiebres de temas, géneros y estilos de novela, yo escribo para que si lees un libro mío en 1, 5, 10, o 40 años, todavía te lo podrás disfrutar y posiblemente te encante.
Conste, si me dieran un dólar por cada vez que me han preguntado que por qué escribo tanto en inglés, no sería millonario, aunque estaría encaminado hacia un retiro temprano. La realidad es que hay dos razones primordiales por la cual escribo en inglés. Por un lado, me siento cómodo con el lenguaje y no lo veo como una amenaza a mi puertorriqueñidad. La segunda razón es que lo veo como un reto y una invitación a nuevamente demostrar que de Puerto Rico salen obras de calibre mundial y no sólo algo que conecte con el mercado y la audiencia local. Si quieres una tercera razón, pues es de lo que más leo porque los cuentos que más me encantan han sido en inglés. Le podemos echar la culpa a los currículos que me asignaron o que lo que me encontré que conectó profundamente fue en inglés.
Cuando escribí la serie de The Human Cycle, me decían que eso fue una buena movida porque los libros de vampiros se venden bien. Fantástico, pero aunque hay vampiros en los libros, no es una serie de vampiros. Hay Therians (cambiaformas que no sólo son hombres lobos). Hay ángeles. Hay demonios. Hay Photogeni (inspirados pero no copiados de los Ents de El Señor de los Anillos). Además, la serie es mi exploración de todo lo que conlleva la condición humana e incluso, explorándola a través de otras criaturas que muy a menudo muestran más humanidad y empatía que los humanos que aparecen en la serie.
Con cada poemario resalto la importancia de la poesía y como este género es infinitamente más abarcador de lo que muchos piensan. Si me da por explorar fantasía juvenil, ahí doy rienda suelta a la imaginación en busca de aventuras sin violencia porque me parece que hay un lugar para aventurar, disfrutar y soñar sin tener que recurrir a la violencia que es tan común.
Luego con Penumbra me adentré en el horror puertorriqueño, aunque no por diseño, sino porque unos colegas me invitaron a su antología. Quería dar lo mejor de mí así que escribí tres cuentos y envié el que pensaba que era el más sólido. Ahora, me disfruté tanto escribir para esa colección que escribí tres cuentos más y una novela corta explorando MI definición de lo que es el horror puertorriqueño. Evité los clichés y cada trama y personaje fue creado buscando capturar algo 100% puertorriqueño, relacionable, auténtico y de una perspectiva particular.
Así soy con todo.
Lo más importante es que lo que escriba necesita nacer de mí porque los cuentos, los poemas, los ensayos y todo escrito nace de un manantial del alma.
Ese es mi compromiso como escritor: que no importa lo que explore, siempre daré lo mejor de mí y abarcaré el tema de una manera que nadie más lo pueda hacer.
Así soy y así escribo.
Gracias por leerme.
Dos abrazos.
JD
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