Cuando pasas los 35, eso de ‘joven’ suena familiar hasta que empiezas a
sacar cuenta que están haciendo versiones nuevas de muñequitos, películas y
canciones con las que te criaste. Aun así, puedo mirar hacia atrás y darme
cuenta de varias de mis decisiones y cómo me llevaron a dónde estoy
ahora. Desde las notas que saqué, hasta donde empecé a estudiar y los cambios
que hice en el camino. Cada trabajo que he tenido y cómo ha contribuido a cada tramo a mi
vida y las experiencias que tengo.
Dicho esto, por suerte cuento con una madre que nunca me impuso lo que
tenía que estudiar ni en lo que tenía trabajar. Lo único que se ha pedido de mí
es que sea feliz y que sea lo que sea que haga, que dé lo máximo. Si me colgué
y es lo más que pude dar, pues así es la vida. No se ganan todas. Uno se
levanta y trata más fuerte para la próxima. Ahora si podía dar más, pues la
única pregunta es: ¿por qué no di más?
Por más de una década llevo trabajando en publicidad, mercadeo, relaciones
públicas y comunicaciones. No puedo decir que ha sido una o la otra porque la
realidad es que ha sido una combinación de todas estas carreras lo que me ha
llevado a quien soy como profesional. Ahora, vale aclarar un detalle: además de esto, soy escritor. Antes de mis carreras soy
escritor. Y después de las carreras, también soy escritor.
Lo que quiero decir con este sobre-énfasis es que lo que me define y mi
vocación es el utilizar la palabra como modo de ganarme un salario y satisfacer
mi alma. No todo el mundo tiene la suerte que su trabajo de a diario ayude a
que mejore en lo que le apasiona, pero esa ha sido mi fortuna.
Ser autor independiente puertorriqueño no deja mucho dinero pero es lo que
me apasiona. Le pongo todo mi esmero, toda mi pasión y utilizo del dinero que
me gano de mi trabajo para suplir a lo que tenga que pagar.
Hay quien dice que estoy gastando tiempo no yéndome de lleno a ser
escritor o incluso que el escribir no deja dinero. A esa gente le digo, gracias por el voto de confianza pero yo veo los
números de venta. Veo lo difícil que se me hace vender un libro y que TODO
logro que tengo es gracias al sudor de mi frente, al esfuerzo que le pongo y a la gente que con su bondad me dan una oportunidad.
Estoy activo en la mayoría de las redes sociales, tengo miles de seguidores entre todas
mis páginas y ya he publicado 8 libros, pero más nunca puedo sobrevivir a base
de lo que me gano de lo que escribo. Por eso trabajo pero por eso invierto mi
energía y mi tiempo en sacar el trabajo bien hecho, para darme la seguridad
para seguir invirtiendo en mi otro negocio, que es la escritura. ¿Sabes por qué? Porque vale la pena.
Le podemos llamar a mi técnica como una diversificación de negocios para no
poner todos los huevos en una canasta. Además, vale aclarar que disfruto mi
trabajo de a diario aunque en fin, sigue siendo trabajo (por eso me pagan). Me han preguntado si no estoy perdiendo tiempo de mi escritura al estar
en un trabajo que conlleve tantas horas a la semana. Estas personas a menudo lo
ven todo como factores cuantificables como si 20 minutos hoy son lo mismo que 20 minutos mañana. Para mí, todo se trata de energía y ganas y he sabido progresar en mis
proyectos a pasos adelantados en dos días más que en una semana y hasta más. Se
trata de enfoque y deseo. Al ser plenamente mi pasión y tener que demostrar el
compromiso con lo que tanto amo, cuando escribo hago que ese tiempo cuente y
utilizo el tiempo que empleo en mi trabajo como inspiración para empujar aún más
duro para mis metas.
Esto lleva a un estado de Flow según
Mihaly Csikszentmihaly, psicólogo de Hungría que se enfoca en la psicología
del optimismo, creatividad y optimización de experiencia. Al tener un trabajo
fijo, no tengo las preocupaciones de tener que hacer que mi pasión me consiga el
dinero que necesito y a la misma vez puedo tomar más riesgos en lo que escribo. Nadie me edita y puedo ser más honesto con mi visión sin tener que escribir a las expectativas de una publicadora o editores. Estando expuesto
a un manjar de información también ayuda, al igual que estar en contacto con
personas creativas. Más que nada, también está el factor de rebeldía. Al estar
en un trabajo, mi vocación me llama a gritos y exige mi atención y ahí puede ser dónde mejor escribo.
De esa manera en el lleva y trae, creo, escribo, me estimulo, me motivo y
cambio de canal para siempre estar sintonizado a lo que más me esté llamando la
atención. ¿Pensé que esto es lo que haría con mi vida? La realidad es que no,
ni es algo que le doy mucho pensamiento. Cómo me gano el pan podrá cambiar de
aquí a mañana, pero lo que me apasiona es constante.
La pasión busca expresión y tan pronto es definida, hará todo lo posible
por venir a la realidad. Yo me gano un salario pero vivo mi vida y así será hasta
que mi pasión supla las necesidades de mi diario vivir. Mientras tanto, sigo trabajando con orgullo en mi labor y en mi vocación por que en la vida aunque haya muchos pasos, es un solo baile.
Este escrito es mi respuesta a El struggle de los jóvenes hoy en día, por Mónica Palacios. En mi nueva serie, De visita con JD, extiendo la invitación a escritores de toda edad que quiera contribuir a esta comunidad. Para seguir la corriente de inspiración, tomaré cada escrito sometido como punta para desarrollar un escrito de parte mía. Si te interesa contribuir a este blog, deje un comentario en esta entrada para ponernos en contacto.
Un abrazo,
JD
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Este escrito es mi respuesta a El struggle de los jóvenes hoy en día, por Mónica Palacios. En mi nueva serie, De visita con JD, extiendo la invitación a escritores de toda edad que quiera contribuir a esta comunidad. Para seguir la corriente de inspiración, tomaré cada escrito sometido como punta para desarrollar un escrito de parte mía. Si te interesa contribuir a este blog, deje un comentario en esta entrada para ponernos en contacto.
Un abrazo,
JD
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