Aunque en Puerto Rico muchas personas se enfocaron en la presencia de los
Reyes de España en el Congreso Internacional de la Lengua Española CILE, para
alguien como yo, el hecho de que un evento de tal importancia en el mundo
literario y creativo escogiera a mi Isla de sede fue motivo de orgullo y
felicidad… un sentimiento que de la misma manera fue complementado por
curiosidad, confusión y claridad.
La realidad es que tener un evento de esta magnitud es un honor no importa
dónde sea. Para mí, siendo autor independiente fue una oportunidad que doy mil
gracias de poder compartir. El mismo tuvo un sinnúmero de actividades y de la
misma manera también cosas buenas y cosas que se pudiesen mejorar.
Aunque fue un evento que duró 10 días con una variedad de actividades, como
muchos, me enfoqué en los cuatro días que estuvieron en el Centro de
Convenciones. El primer día fue el más breve en donde el enfoque era en el
protocolo, los reyes y la introducción en general al evento. Fue mucha
introducción con ponencias de parte del gobernador de Puerto Rico y los Reyes
de España, Darío Villanueva (director de la Real Academia) y Luis Rafael
Sánchez.
Fue el día en donde hubo mayor cobertura de los medios y además en donde
también hubo una demostración de una seguridad laxa cuando un individuo tuvo el
deseo de treparse en la plataforma donde estaban las cámaras de los medios para
dar un discurso a gritos sobre la necesidad de liberar a Oscar Rivera López
(preso político de Puerto Rico), un tema que entiendo no era el mejor foro,
pero en donde se expresó frente al Rey de España y toda la audiencia mientras
que yo entre muchos nos preguntamos “¿qué pasó con la seguridad?”
Hay quien preguntaría por qué incluí tal detalle irrelevante al evento y la
razón es simple. Tuvimos la oportunidad de demostrar lo mejor de nosotros y lo
hicimos, ahora hubo la necesidad de incluir un “pero” en nuestro desempeño. Por
su parte, Luis Rafael Sánchez también tuvo palabras para compartir sobre el
mismo tema, excepto que lo hizo con tacto y clase para recordarnos que la
manera en que se dicen las cosas dice mucho de qué tal nos toman la palabra.
También hago mención de esto, porque en 4 días que fui al evento, escuché ese
evento mencionado al menos en quince ocasiones y no soy reportero ni me creo
uno. Fue disruptivo, al igual que en este escrito y lo incluyo con el fin de
sacar lo más negativo lo antes posible para ir compartiendo lo que sí me
encantó y las oportunidades que tenemos para este tipo de evento.
De lo mejor para Puerto Rico sobre este evento fue el hecho de
que se reconociera el término “puertorriqueñidad” en la Real Academia Española.
Aún ahora mismo si escribes este término en un documento en tu computadora,
aparece como un error y una palabra que no es reconocida por el diccionario.
Pero lo es, lo somos y está en nosotros vestir nuestra puertorriqueñidad de la
mejor manera posible. Como puertorriqueño fue uno de dos momentos durante el
año en donde sentí mucho orgullo de ser boricua. El otro siendo durante las
olimpiadas. En ambos momentos sentí algo mover dentro de mí, parándose en la
sala de mi alma y diciendo presente cuando se pregunta quién es de Puerto Rico.
Fue un momento muy bonito y que como escritor me motiva a demostrar diferentes
tipos de “puertorriqueñidad”.
Un dato curioso es que apunté ciertas citas durante el evento pero decidí
omitir quién las dijo. Viendo las fotos, videos y el programa, me está curioso
que no me acuerdo quién las dijo, pero merecen compartirse para poner en
contexto mi experiencia.
“No hay actividad más democrática que el soñar.”
Ser autor es el sueño de muchos de nosotros, ser autor independiente no es
la opción de la mayoría. Esto es así porque soñar no cuesta nada, pero traer a
la vida esos sueños conlleva mucho esfuerzo. Yo fui a este evento en son de ver
cómo puedo aportar al mundo literario en mi lengua nativa. Por eso mi sorpresa
al ver tan poca juventud en este evento. Hubo en algunos días, pero una
actividad como esta era digna de estar abarrotada de gente y aparte de ver los
reyes, muchas personas no estaban interesadas en mucho más.
Pero con un sueño fui con el deseo a conocer quién me llamara la atención y
tuve la oportunidad de conocer a varios autores de un sinnúmero de países, sea
para darle las gracias por su participación, para hacerles preguntas, o para
decir hola. La gran mayoría de los participantes estaban con ganas de
interactuar con las personas. Por mi parte tuve la oportunidad de compartir
breves palabras con Mayra Santos Febres, Eduardo Lalo, Giannina Braschi, Sandra
Lorenzano, Carme Riera, Luis Negrón, Alexis Día Pimienta y el simpatiquísimo
Álvaro Pombo. Con mucho gusto dialogamos. A veces más, otras veces algo breve,
pero estaban ahí listos para hablar con otros soñadores que escogen tejer con
palabras. Sin embargo, se sintió a menudo como si no éramos muchos los soñadores
y más las personas que fueron por decir que fueron a CILE 2016 y los que los
obligaron a ir por alguna actividad de la escuela.
“No tienen que caernos a tiros para leer.”
Aunque no recuerdo bien cuándo ni de
quién fue que escuché esta cita, en el momento sentí la necesidad de apuntarla
y es porque aunque vi juventud algunos días, otros días no. Hubo un sinnúmero
de paneles que disfruté y que entiendo que serían de gran interés para lectores
y escritores de todas las edades. Pero de la misma manera fui a paneles cuyo
foco era sonar inteligente y académico en vez de conectar con la audiencia. Más
que en son de queja, es una observación, porque hubo de ambos y aunque en la
variedad a menudo está la magia, había que ver la reacción floja de unos grupos
con aplausos protocolarios más que nada diciendo que gracias a Dios no les
dieron más tiempo, mientras en conversatorios como “En la Piel de la Novela” entre Mayra
Santos Febres, Sandra Lorenzano y Carme Riera, todos estábamos fascinados con
la dinámica entre tres escritoras de calibre. Había chispa, había pasión, hubo
risas y hubo interacción. Todo esto porque había química y no siempre fue así.
Hubo otros paneles que aunque interesantes, no me imagino un joven prestando
atención en vez de abriendo su Snap Chat.
Y ahí veo el reto o más bien la invitación a este tipo de evento. Bien
dijeron que no hay que caernos a tiros para leer… pero a veces así se siente,
porque imponen más de lo mismo, porque se enfocan en lo académico, porque
prefieren ser respetados y admirados que queridos.
En mis cuatro
días de visita, fui a un sinnúmero de paneles:
Sesión Plenaria 3 – Hispanoamérica y la esencia de la lengua. Homenaje a la
Poesía; Libro, Mercado y creatividad; Filosofía, lenguaje y creación literaria;
Las creaciones narrativas; En la Piel de la Novela; Poesía, música y letra; Las
fronteras de la escritura; Poetas de España y América; El diálogo de las
lenguas y la creatividad cultural del Caribe y cerré con Cinco Minutos de
Poesía.
Fue un mundo de información en cuatro días, algunos paneles buenos, otros
no tan buenos, pero ante todo, vi que los paneles de poesía me llamaban y por
eso tanta alegría terminar con esos Cinco Minutos de Poesía y un poema
improvisado de parte de Alexis Díaz Pimienta. Empecé el evento con mucho
protocolo y terminé con una improvisación y en la transición de temas, me di
cuenta que mientras menos formal somos más se vive. Mientras menos queramos
aparentar, más se siente y más se disfruta. Y que mientras más genuinos somos
como escritores y abogados de la magia escrita, más la gente responderá, más
leeremos y más soñadores darán alas a su imaginación.
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