Friday, January 13, 2017

Un vistazo al Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE)

Aunque en Puerto Rico muchas personas se enfocaron en la presencia de los Reyes de España en el Congreso Internacional de la Lengua Española CILE, para alguien como yo, el hecho de que un evento de tal importancia en el mundo literario y creativo escogiera a mi Isla de sede fue motivo de orgullo y felicidad… un sentimiento que de la misma manera fue complementado por curiosidad, confusión y claridad.

La realidad es que tener un evento de esta magnitud es un honor no importa dónde sea. Para mí, siendo autor independiente fue una oportunidad que doy mil gracias de poder compartir. El mismo tuvo un sinnúmero de actividades y de la misma manera también cosas buenas y cosas que se pudiesen mejorar.

Aunque fue un evento que duró 10 días con una variedad de actividades, como muchos, me enfoqué en los cuatro días que estuvieron en el Centro de Convenciones. El primer día fue el más breve en donde el enfoque era en el protocolo, los reyes y la introducción en general al evento. Fue mucha introducción con ponencias de parte del gobernador de Puerto Rico y los Reyes de España, Darío Villanueva (director de la Real Academia) y Luis Rafael Sánchez.

Fue el día en donde hubo mayor cobertura de los medios y además en donde también hubo una demostración de una seguridad laxa cuando un individuo tuvo el deseo de treparse en la plataforma donde estaban las cámaras de los medios para dar un discurso a gritos sobre la necesidad de liberar a Oscar Rivera López (preso político de Puerto Rico), un tema que entiendo no era el mejor foro, pero en donde se expresó frente al Rey de España y toda la audiencia mientras que yo entre muchos nos preguntamos “¿qué pasó con la seguridad?”

Hay quien preguntaría por qué incluí tal detalle irrelevante al evento y la razón es simple. Tuvimos la oportunidad de demostrar lo mejor de nosotros y lo hicimos, ahora hubo la necesidad de incluir un “pero” en nuestro desempeño. Por su parte, Luis Rafael Sánchez también tuvo palabras para compartir sobre el mismo tema, excepto que lo hizo con tacto y clase para recordarnos que la manera en que se dicen las cosas dice mucho de qué tal nos toman la palabra. También hago mención de esto, porque en 4 días que fui al evento, escuché ese evento mencionado al menos en quince ocasiones y no soy reportero ni me creo uno. Fue disruptivo, al igual que en este escrito y lo incluyo con el fin de sacar lo más negativo lo antes posible para ir compartiendo lo que sí me encantó y las oportunidades que tenemos para este tipo de evento. 


De lo mejor para Puerto Rico sobre este evento fue el hecho de que se reconociera el término “puertorriqueñidad” en la Real Academia Española. Aún ahora mismo si escribes este término en un documento en tu computadora, aparece como un error y una palabra que no es reconocida por el diccionario. Pero lo es, lo somos y está en nosotros vestir nuestra puertorriqueñidad de la mejor manera posible. Como puertorriqueño fue uno de dos momentos durante el año en donde sentí mucho orgullo de ser boricua. El otro siendo durante las olimpiadas. En ambos momentos sentí algo mover dentro de mí, parándose en la sala de mi alma y diciendo presente cuando se pregunta quién es de Puerto Rico. Fue un momento muy bonito y que como escritor me motiva a demostrar diferentes tipos de “puertorriqueñidad”.

Un dato curioso es que apunté ciertas citas durante el evento pero decidí omitir quién las dijo. Viendo las fotos, videos y el programa, me está curioso que no me acuerdo quién las dijo, pero merecen compartirse para poner en contexto mi experiencia.

“No hay actividad más democrática que el soñar.”

Ser autor es el sueño de muchos de nosotros, ser autor independiente no es la opción de la mayoría. Esto es así porque soñar no cuesta nada, pero traer a la vida esos sueños conlleva mucho esfuerzo. Yo fui a este evento en son de ver cómo puedo aportar al mundo literario en mi lengua nativa. Por eso mi sorpresa al ver tan poca juventud en este evento. Hubo en algunos días, pero una actividad como esta era digna de estar abarrotada de gente y aparte de ver los reyes, muchas personas no estaban interesadas en mucho más.

Pero con un sueño fui con el deseo a conocer quién me llamara la atención y tuve la oportunidad de conocer a varios autores de un sinnúmero de países, sea para darle las gracias por su participación, para hacerles preguntas, o para decir hola. La gran mayoría de los participantes estaban con ganas de interactuar con las personas. Por mi parte tuve la oportunidad de compartir breves palabras con Mayra Santos Febres, Eduardo Lalo, Giannina Braschi, Sandra Lorenzano, Carme Riera, Luis Negrón, Alexis Día Pimienta y el simpatiquísimo Álvaro Pombo. Con mucho gusto dialogamos. A veces más, otras veces algo breve, pero estaban ahí listos para hablar con otros soñadores que escogen tejer con palabras. Sin embargo, se sintió a menudo como si no éramos muchos los soñadores y más las personas que fueron por decir que fueron a CILE 2016 y los que los obligaron a ir por alguna actividad de la escuela.


“No tienen que caernos a tiros para leer.”

Aunque no recuerdo  bien cuándo ni de quién fue que escuché esta cita, en el momento sentí la necesidad de apuntarla y es porque aunque vi juventud algunos días, otros días no. Hubo un sinnúmero de paneles que disfruté y que entiendo que serían de gran interés para lectores y escritores de todas las edades. Pero de la misma manera fui a paneles cuyo foco era sonar inteligente y académico en vez de conectar con la audiencia. Más que en son de queja, es una observación, porque hubo de ambos y aunque en la variedad a menudo está la magia, había que ver la reacción floja de unos grupos con aplausos protocolarios más que nada diciendo que gracias a Dios no les dieron más tiempo, mientras en conversatorios como “En la Piel de la Novela” entre Mayra Santos Febres, Sandra Lorenzano y Carme Riera, todos estábamos fascinados con la dinámica entre tres escritoras de calibre. Había chispa, había pasión, hubo risas y hubo interacción. Todo esto porque había química y no siempre fue así. Hubo otros paneles que aunque interesantes, no me imagino un joven prestando atención en vez de abriendo su Snap Chat.

Y ahí veo el reto o más bien la invitación a este tipo de evento. Bien dijeron que no hay que caernos a tiros para leer… pero a veces así se siente, porque imponen más de lo mismo, porque se enfocan en lo académico, porque prefieren ser respetados y admirados que queridos.

En mis cuatro días de visita, fui a un sinnúmero de paneles:

Sesión Plenaria 3 – Hispanoamérica y la esencia de la lengua. Homenaje a la Poesía; Libro, Mercado y creatividad; Filosofía, lenguaje y creación literaria; Las creaciones narrativas; En la Piel de la Novela; Poesía, música y letra; Las fronteras de la escritura; Poetas de España y América; El diálogo de las lenguas y la creatividad cultural del Caribe y cerré con Cinco Minutos de Poesía.


Fue un mundo de información en cuatro días, algunos paneles buenos, otros no tan buenos, pero ante todo, vi que los paneles de poesía me llamaban y por eso tanta alegría terminar con esos Cinco Minutos de Poesía y un poema improvisado de parte de Alexis Díaz Pimienta. Empecé el evento con mucho protocolo y terminé con una improvisación y en la transición de temas, me di cuenta que mientras menos formal somos más se vive. Mientras menos queramos aparentar, más se siente y más se disfruta. Y que mientras más genuinos somos como escritores y abogados de la magia escrita, más la gente responderá, más leeremos y más soñadores darán alas a su imaginación. 

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